Febrero: mes del amor, de carnavales… ¡y de exámenes! Y, sino que se lo digan a los universitarios que conocen bien esta época.
Mantener una buena organización de horarios y tiempo de estudio, combinada con un buen descanso, es la mejor opción tanto para combatir el estrés previo a los exámenes como para poder concentrarnos en nuestros objetivos.
Por ello, es imprescindible cuidar nuestros hábitos para mejorar nuestra capacidad de concentración, la cual es clave para ser efectivos a la hora de realizar una tarea y poder memorizar de forma eficiente.
Y es que, los nervios, el estrés, la falta de sueño e incluso la mala alimentación pueden afectar a tu capacidad de concentración y, por tanto, a la efectividad de tu tiempo de estudio.
Te damos 4 hábitos fundamentales para mejorar tu concentración en tiempo de exámenes.
1. Organiza y planifica, tanto el horario de estudio como el lugar donde te sentarás a estudiar. Recuerda mantener ordenada tu mesa y tener a mano los materiales que vas necesitar. Además, te sugerimos poner el móvil en silencio y alejar otras distracciones, para permitirte relajarte y focalizarte en lo que estás haciendo. Hay gente que pone música suave, por ejemplo, para concentrarse de forma más profunda.
2. Descansa bien. Establece una rutina para irte a la cama siempre a la misma hora y dormir el tiempo suficiente. Recuerda también guardar tiempos de descanso y desconexión a lo largo del día, ¿has probado a meditar en casa 5 minutitos al día? Ayudará a desconectar la mente y relajarte durante las horas de estudio.
3. Haz ejercicio moderado, siempre organizándolo dentro de tu horario y acorde a tu condición física. Puedes dar un paseo en bici o caminar por una zona tranquila cerca de casa, nadar, bailar… cualquier actividad es buena, porque generarás endorfinas y, además, despejarte un rato ayudará tanto a tu salud física como emocional, ambas muy conectadas con tu capacidad de concentración.
4. Come bien, una alimentación equilibrada poniendo especial atención en alimentos que ayuden a la concentración y la memoria, por ejemplo, los frutos secos (como las nueces y las almendras), el plátano, el chocolate negro o el pescado azul. Este último, que podemos encontrarlo en el salmón, las sardinas, la caballa y el atún, aportan ácidos grasos omega 3, minerales como el magnesio, calcio, hierro y fósforo (gran aliado de nuestra memoria y capacidad cognitiva), y vitaminas D y B12. Con tan buena combinación, es por ello que siempre te recomendamos añadir pescado a tu dieta de 1-2 veces por semana, para disfrutar al máximo de sus beneficios.
Ya tienes nuestros consejos para mejorar tu capacidad de concentración y cuidar tu memoria, ahora ya solo queda desearte mucha suerte si estás cerca de examinarte.
¿Conoces, además, algún otro consejo para estos momentos? Compártelos con nosotros.