Con la llegada de septiembre, comienza un nuevo capítulo en la vida de los más pequeños de la casa: ¡la vuelta al cole!
Retomamos con ilusión, y a veces un poco de esfuerzo, este emocionante período que implica a mayores y niños.
La vuelta a la rutina también abre la oportunidad de cultivar nuevos hábitos saludables, y uno de ellos es la alimentación. Asegurar que los niños reciban una dieta equilibrada y adecuada es esencial para su desarrollo físico, mental y emocional mientras enfrentan los desafíos académicos que les esperan.
Los desayunos y las meriendas son dos momentos importantes de las rutinas nutritivas de los niños. Un desayuno completo proporciona la energía necesaria para comenzar el día con vitalidad y concentración. Las meriendas también son fundamentales para mantener un nivel de energía constante por la tarde y dar un plus de energía para las actividades extraescolares o a la hora de hacer los deberes en casa.
Incluir alimentos ricos en proteínas, vitaminas y ácidos grasos omega 3 es fundamental, ya que las proteínas contribuyen al desarrollo y reparación de los tejidos y ayudan a mantener la saciedad hasta la siguiente comida, las vitaminas ayudan a proteger el sistema inmunitario y contribuyen al buen funcionamiento del organismo, mientras que el omega 3 es beneficioso para el sistema cardiovascular y el sistema cognitivo, que hace referencia a la memoria y la atención.
La creatividad en la cocina también puede ser una herramienta poderosa para alentar a los niños a disfrutar de alimentos saludables. Involucrarlos en la preparación de sus comidas puede aumentar su interés y disposición a probar nuevos alimentos. Además, adaptar las recetas a sus gustos personales puede hacer que la experiencia de comer sea más atractiva y placentera.
Te proponemos un par de ideas para hacer más sanos y deliciosos los desayunos y meriendas de los más peques. Puedes acompañar estos platos con un vaso de leche (o bebida vegetal) o un zumo de frutas natural hecho en casa.
• Mediasnoches o croissant de salmón ahumado y queso crema.
Una receta muy deliciosa que les encantará a tus niños. ¡Y perfecta para comer en el recreo!
Solo necesitas “medias noches” (o panecillos pequeños), salmón ahumado y queso crema tipo Philadelphia.
Corta las medias noches en dos, en sentido longitudinal, unta con queso crema y pon media loncha de salmón ahumado. También puedes mezclar antes el queso crema con una cucharadita de miel para endulzarlo. ¡Seguro que quieren repetir!
• Sándwich de melva, huevo, tomate y lechuga.
Una opción sana y muy rica.
Elige el pan de molde preferido de tus niños (blanco, integral, de semillas, sin gluten…) y hazte con los siguientes ingredientes: una lata de a melva en aceite de oliva, un huevo, tomates y lechuga fresca.
Primero cuece el huevo durante 10 minutos y déjalo enfriar antes de pelarlo y trocearlo.
Mezcla el huevo troceado con la melva y reserva el aceite de la lata. Lava bien la lechuga y los tomates. Corta la lechuga en trozos pequeños y los tomates en rodajas. Tuesta el pan de molde, y antes de añadirle los ingredientes, prueba un truco para hacer el sándwich más sabroso: utiliza el aceite de la lata de melva para empapar un poco el pan y que no esté tan seco.
Luego, coloca las rodajas de tomate, la lechuga y la mezcla de huevo duro y melva. Cierra el sándwich ¡y a disfrutar con cada bocado!