Los mejores propósitos siempre empiezan con un debería: “Debería cuidarme más”, “debería practicar deporte”, “debería comer mejor”… Y así podríamos continuar con una lista interminable de ‘deberías’ que nunca se llegaron a cumplir. ¿El motivo? Es sencillo. Cuidarse no es solo una cuestión de mantener unos hábitos saludables acorde con nuestra edad y peso, también es una cuestión de actitud ante el día a día. Bien sabemos que es imposible estar siempre con una actitud positiva, el estrés en el trabajo y los quehaceres diarios nos hacen ser más perezosos y con ello descuidamos algo tan fundamental como lo es nuestra alimentación.
¿Has oído hablar de los ácidos grasos Omega-3? Sí, ese término que parece una moda pero que la gente desconoce por completo que el origen de su importancia surge en los años 70 gracias al científico Hans Olaf Bang. Este investigador se dedicó a estudiar a un pueblo inuit que se expandió por tierras del Ártico y cuya alimentación se reducía a grandes cantidades de pescado debido a la precariedad del lugar. Su sorpresa fue que, pese a contener una dieta tan rica en grasa y proteínas, existía un nivel muy bajo de ataques cardiacos. Esto, le llevó a concluir que los ácidos grasos Omega-3 ejercían un efecto protector sobre la función cardiovascular. ¿Lo sabías?
Aclarando su origen, ahora es importante saber ¿qué es el Omega-3?. Lo primero de todo que debes saber es que, como hemos indicado anteriormente, el omega-3 aporta importantes beneficios para el corazón y la circulación sanguínea pero nuestro cuerpo no es capaz de reproducirlo por sí solo. Para ello, es necesario que en nuestra alimentación incluyamos alimentos como el pescado azul o aceites vegetales. Sabiendo esto, tenemos que entender que los ácidos grasos Omega-3 son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula en nuestro organismo.
Nosotros en Ubago, contamos con varios productos que son ricos en ácidos grasos omega-3. Nuestro salmón, el atún, la caballa y las sardinas son ricos en estos ácidos grasos saludables. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), con una sola ración de pescado sería suficiente para cubrir con la cantidad recomendada de ácidos Omega-3 que necesita nuestro cuerpo para tres o cuatro días. Por lo tanto… ¿Es necesario tomar Omega-3 todos los días? No, siempre y cuando tu cuerpo esté recibiendo la cantidad recomendada necesaria.
Nuestro plan B favorito, en la mayoría de ocasiones, se convierte en nuestro plan principal. En la despensa nunca faltan nuestras conservas, una opción socorrida pero que, con un poquito de ingenio y ganas puede hacerse un plato la mar de rico. Y no nos olvidemos de nuestro salmón, versátil y delicioso para cualquier ocasión.
